Los Servicios Sociales Municipales desbordados en Villaverde, se necesitan más recursos con urgencia

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Desde las Asociaciones Vecinales del Distrito de Villaverde queremos trasladarles nuestra preocupación por cómo se está organizando la respuesta desde los Servicios Sociales Municipales a la crisis generada por el Coronavirus en nuestros barrios.

El punto de partida desde el que afrontamos la situación creada por la pandemia de coronavirus es complejo. Esta crisis nos ha puesto a todos en estado de emergencia, no solo sanitaria, sino también social; sin embargo, muchos de nuestros barrios, como barrios de la periferia de la ciudad, sufrían ya graves desigualdades sociales, se encontraban afectados por multitud de problemas, que no han hecho más que agravarse, arrastrando consigo a las familias más vulnerables, personas mayores, solas, enfermas crónicas o paradas, niños/as sin comedor, personas discapacitadas, y todos/as aquellos/as trabajadores/as que están sufriendo las consecuencias de los despidos y ERTE’s que se han llevado a cabo en miles de empresas. Esto nos ha llevado a tener en grado extremo familias que no tienen ningún recurso económico para comer o afrontar el pago del alquiler, o tienen miedo de salir a la calle por estar en situación irregular, o les han desaparecido las becas de comedor junto el cierre de los comedores escolares… En definitiva, estamos viviendo la petición urgente de ayuda de miles de familias sin alternativa, muchas en situación pobreza ocasionada por esta crisis y otras muchas en situación de extrema pobreza debido a la vulnerabilidad que ya les afectaba.

Ante esta situación el tejido social carece de herramientas para abordar, de manera rigurosa y efectiva, la cuantificación de estas necesidades y las posibilidades de respuesta a las mismas. Nos preguntamos qué pasa con ellas, nos preguntamos por la respuesta al desamparo de las familias que eran invisibles a los servicios sociales, por aquellas que se encuentran, de pronto, en grave riesgo de exclusión social. No podemos tolerar que en una ciudad rica haya gente que pase hambre.

Y en este sentido, nos parece imprescindible una reflexión para la toma de decisiones desde las administraciones públicas y de los servicios sociales de la institución municipal y regional a la hora de dar respuesta urgente y eficaz a las necesidades existentes y crecientes.

Creemos que en las semanas que llevamos de confinamiento no se ha coordinado suficientemente la respuesta desde los Servicios Sociales municipales y autonómicos. A pesar de las muchas demandas de que actúen (y con rapidez) dado que estamos en una situación de emergencia, y en una situación así, debería ser la autoridad pública la que tuviera que tomar las medidas necesarias con los recursos que la emergencia requiere.

Creemos que no es suficiente con llamar al 010, pues estamos constatando el miedo de las familias con mayores dificultades al tratamiento de los datos facilitados, pero a su vez la falta de confianza a que no haya respuesta a la llamada, porque mientras esperan una respuesta que en muchos casos no llega, las familias “se las tienen que arreglar con el hambre”.

Por otro lado, hemos constatado que los técnicos están desbordados, no tienen recursos para dar respuesta en el corto plazo y se anima, desde los propios servicios municipales, a que recurrir a las redes vecinales informales de apoyo y cuidado. Sin duda, en muchos casos, las escuelas y los vecinos/as son lo más parecido a una familia, aunque no son precisamente ellos quienes cuentan con recursos. Esto no es sostenible. Solicitamos que Ayuntamiento y Comunidad coordinen de manera eficaz los Servicios Sociales, pues constatamos que en estos momentos no están dando la respuesta en tiempo y la forma necesaria. Estamos en situación de emergencia, y la emergencia social va a durar más que la propiamente sanitaria.

En este sentido, demandamos establecer y aprobar un sistema operativo de la actuación ante la emergencia que implique a todos los actores:

  • Creando un teléfono de atención dentro de las Junta Municipal para atención de nuevos imprevistos o necesidades que van surgiendo.

  • Establecer un protocolo de atención claro, de modo que no se olvide a nadie.

  • Arbitrar medidas que den soluciones a la reclamación de ayuda.

  • Establecer un órgano de coordinación que se encargue de coordinar todas las iniciativas y recursos para que las medidas sean eficaces y lleguen con rapidez a sus beneficiarios. Hay que saltar de las redes informales a las redes formalizadas en las que la Institución Pública sea la responsable de la actuación ante la emergencia.

  • Establecer el protocolo de cooperación de todos los agentes sociales, de las redes informales, y del amplio voluntariado que está siendo el que está actuando sin apoyo y sin cobertura.

  • Generar un cauce de participación donde compartir carencias y nuevas propuestas.

  • Habilitar un contacto directo con las Redes para facilitar la información, agilizar los trámites y poder hacer un seguimiento de las derivaciones.

Por otra parte son necesarias una serie de medidas específicas para afrontar en el corto plazo la emergencia social:

– Que las instalaciones municipales hoy sin actividad, ante la urgente necesidad de atención que se ha generalizado, sean redirigidas en las nuevas condiciones a la atención de necesidades básicas: hablamos de centros de Servicios Sociales que deberían ser un punto referencial central del operativo, de los centros culturales sin actividad, de aquellos colegios con la infraestructura de cocina-comedor que deberían estar en activos para la alimentación de todos los escolares y también de las personas mayores necesitadas etc. Teniendo en cuenta que deben contar con los medios y recursos necesarios, no sólo económicos sino también humanos y de material (menaje, por ejemplo, en el caso de cocinas), para dar respuesta a las necesidades de las familias y personas. Para todos los casos, sería una solución abrir cocinas industriales por Distrito para la elaboración de los alimentos y para el reparto, o contar con las empresas que actualmente tienen las Juntas para la distribución de comida a domicilio, o establecer un punto y horario de recogida para familias que no se encuentren en situación de riesgo a la exposición. Preparar lotes diarios con tres tipos de menú para una comida saludable (desayuno, comida y cena) y repartirlo tanto a la población adulta como la infantil.

– Determinar el listado de necesidades por barrios, que deben partir del que ya disponen los Servicios Sociales, y que se deben complementar con las que aporten todos los agentes sociales y educativos, dadas las situaciones ya antes existentes y las sobrevenidas por la emergencia en que nos encontramos.

– Medidas específicas dirigidas a la población infantil con beca de comedor por Servicios Sociales. Para ello proponemos ampliar la red de distribución de comida de mayores a domicilio a nuevos casos que se puedan presentar e incluir a niños/as con beca de comedor y registrados en Servicios Sociales. Y, en cualquier caso, ampliar este servicio a tres comidas saludables diarias que cubra desayuno, comida y cena, hasta ahora es una sola comida al día.

– En relación a la población infantil con beca por ser beneficiario de RMI. Planteamos dotar a las familias de una asignación económica (talón) que cubra esa necesidades alimentarias y que hoy se cubren en el acuerdo con Telepizza y Rodilla y que por su baja calidad ha sido denegada por muchas de las familias beneficiarias. Realizar seguimiento semanal de la situación de estas familias para poder detectar nuevas necesidades.

– Facilitar el funcionamiento de los Bancos de alimentos y apoyarlos para que puedan ampliar el número de benefactores, facilitando zonas de almacenaje y medios personales y materiales para la distribución de alimentos. Se trata de ofrecer recursos con agilidad, pero a la vez sostenidos en el tiempo y con garantías de responder a la situación específica de las familiasNo podemos recurrir a la espontaneidad de las donaciones, al reparto esporádico de comida, a la dependencia de la existencia de voluntarios para atender la llegada de alimentos o comida. Se tienen que invertir recursos económicos, técnicos y materiales con capacidad de dar respuesta. En nuestro distrito, además, contamos con infraestructuras como la Nave Boetticher sin apenas actividad y ubicada en un espacio céntrico del distrito que podría cumplir esta función (siempre que se dote de los recursos necesarios).

Ante la falta de esas medidas durante ya muchas semanas, nuestro papel como Asociaciones vecinales, así como el de otras entidades de los barrios, de las redes informales, del voluntariado, se ha mostrado indispensable para afrontar la urgencia social en nuestros barrios. Pero debemos dejar bien sentado que nuestro papel no es hacer de Administración, ni de proveedor de la alimentación y de los diversos recursos urgentes y necesarios ante esta emergencia, decidiendo además a quién se debe entregar los recursos que nos llegan, ni es posible que podamos ser el centro de distribución para quienes lo necesitan. Durante este período de confinamiento estamos teniendo que ofrecer ayuda y distribuir recursos sin la protección adecuada, arriesgando la salud y la de quienes reciben nuestra ayuda. Estamos teniendo que buscar puntos de distribución de comida sin poder reunirnos, sin poder abrir con garantías los locales de las entidades.

Nuestro papel es impulsar y contribuir a la solidaridad vecinal que se ha organizado y se sigue organizando y manteniendo, para ayudar y facilitar la vida de las personas más próximas. Hemos colaborado y seguiremos colaborando en la detección de necesidades y en que estos recursos lleguen a quienes los necesite. Para lo que seguiremos contribuyendo a que Servicios Sociales dispongan de la información de los efectos que se están produciendo y de las nuevas necesidades que están surgiendo, e informar claramente a los vecinos de los recursos que se ponen a disposición.

“Nosotros somos barrio”, somos comunidad vecinal en todos sus aspectos, comunidad educativa incluida, volcada a nuestros vecinos/as, especialmente a los más vulnerables. Por ello nos dirigimos a todos los grupos que forman parte de la Junta Municipal de Villaverde para que, como urgencia y exigencia de la situación y de las entidades vecinales, aprueben las medidas que les hemos planteado en la reunión de Portavoces, y aprueben los recursos materiales y humanos necesarios para ello.

Esperando una decisión positiva de todos para dar solución a un problema que, reiteramos, durará más que la pandemia sanitaria.

Asociación Vecinal La Unidad de Villaverde Este, AV Los Hogares, Asociación de Comerciantes de Villaverde, AMIFIVI, Asociación Vecinal Independiente de Butarque, AV La Incolora, AV Los Rosales, AV San Nicolás, AV Marconi y AV La Unidad de San Cristóbal