En agosto de 2020 AVIB (Asociación Vecinal Independiente de Butarque) denunció por escrito a la Fiscalía de Medio Ambiente la incesante actividad de las chatarrerías Ferromolins y Ferimet, situadas en la calle Casablanca, a escasos metros de una zona residencial que se ve diariamente perjudicada por la emisión de partículas de polvo rojizo y sobre todo por el elevado ruido que genera la manipulación de un elemento tan sonoro como el metal. A dicha denuncia se recibió contestación en el mes de marzo de 2021.
En el escrito se manifiestan los continuos problemas que el vecindario del barrio de Butarque, concretamente en el entorno de la calle Arroyo de la Bulera, vienen padeciendo debido a las actividades llevadas a cabo por parte de las dos chatarrerías de la calle Casablanca, perjudiciales tanto para el medio ambiente como para la salud de la población de la zona.
En la carta de respuesta se informa que una de las empresas (Ferimet) continúa sin tener licencia de funcionamiento y que pese a que se recomendó su cese de actividad, una inspección del ayuntamiento en octubre de 2020 demostró que esta se seguía manteniendo.
En cuanto a las partículas en suspensión, se concluye, según los informes aportados tanto por el ayuntamiento como por la policía municipal, que no existen datos relativos a las emisiones de partículas que acrediten siquiera la infracción de la normativa administrativa aplicable y que no es cantidad suficiente como para que sea delito, por lo que el resultado de dichos informes es positivo a favor de las empresas.
Respecto a los ruidos, se indica que no existen indicios suficientes de delito que permitan el ejercicio de acciones penales por parte del Ministerio Fiscal, aunque sí reconocen que la actividad que desarrollan las chatarrerías en la calle Casablanca genera un problema de ruidos. El ayuntamiento ante las denuncias y quejas vecinales, ha estado actuando administrativamente, comprobando que los niveles de ruido se superaban y que, en todos los casos, las empresas que desarrollan actividades allí, han actuado e implementado las medidas tendentes a corregir aquellas deficiencias, señalando que se mejoraba la situación, aunque no lo solucionaban totalmente, con lo que el problema aún persiste.
Desde AVIB, ante el Comunicado de Medio Ambiente, queremos seguir denunciando las negligencias causadas por las dos chatarrerías (Ferromolins y Ferimet) que se encuentran en la calle Casablanca con respecto a los ruidos que causan. Comprendemos que estas fábricas ya se encontraban aquí antes de las edificaciones, pero ante este hecho nos surge la duda: ¿Por qué se dio la cédula de habitabilidad a un espacio con unas empresas cerca que interfieren gravemente con la vida de las vecinas? Y, lo más relevante, si ya el Ayuntamiento de Madrid en su día permitió que se construyeran las viviendas al lado de las dos chatarrerías y ambas ejercían su trabajo sin tener autorizadas las oportunas licencias de actividad, es decir, estaban las dos realizando su trabajo de manera ilegal: ¿Por qué el Ayuntamiento de Madrid le concedió la licencia a una de ellas cuando ya existían multitud de denuncias sobre el impacto ambiental en las residencias próximas que ocasionaba su actividad? Hay que tener en cuenta que tanto las viviendas como la dotación pública (la escuela infantil que hay próxima) tienen sus documentos y licencias en regla.
Tampoco se entiende que actualmente, tras los estudios realizados, se siga permitiendo que una de las empresas continúe realizando su actividad habitual sin tener la licencia correspondiente (Ferimet).
Por todo ello reclamamos una solución inmediata. Consideramos insuficientes los estudios realizados sobre el impacto del polvo rojizo y no entendemos que si el propio ayuntamiento reconoce que las medidas adoptadas para el ruido son insuficientes, se paralicen las actuaciones sin buscar una solución para paliar dichos ruidos que afectan a la salud y convivencia de las y los vecinos.
Desde la asociación vecinal pensamos que algunas propuestas pueden ser: sacar las fábricas del barrio de Butarque, o bien crear naves para que se ejecute la actividad en su interior sin interferir con la vida de las vecinas y vecinos.
En cualquier caso, los y las vecinas continuamos denunciando esta situación tan flagrante y exigimos que se tomen medidas al respecto para minimizar los daños, insistiendo en la ilegalidad de una de las empresas que desarrolla su actividad.