PSA Peugeot Citroën ha cambiado de estrategia y no desviará finalmente parte del montaje de los nuevos sedanes M3 y M4 –que lanzará Balaídos este año– a la planta que el grupo tiene en Madrid, como avanzó FARO el pasado septiembre. La decisión la comunicó ayer el máximo responsable industrial de la multinacional francesa, Denis Martin, a las centrales sindicales representadas en el comité de empresa de la factoría de Villaverde. Este desvío de carga de trabajo tenía como propósito dar más flexibilidad a las instalaciones viguesas cuando éstas llegasen al máximo de su capacidad industrial tras los lanzamientos del bienio 2012-2013 (M3-M4, la versión eléctrica de las furgonetas Berlingo-Partner y el proyecto B78, éste último pendiente de confirmación), así como reforzar la actividad de Madrid hasta la llegada de un nuevo vehículo, que puede retrasarse hasta 2014. El comité de empresa de PSA-Villaverde informó ayer a los trabajadores del cambio de postura del consorcio galo a través de una nota interna, en la que se anunciaba la cancelación de la «transferencia» del M3-M4 a Madrid para su ensamblaje a partir del año 2013, como estaba previsto. Esta noticia supone un revés para el centro madrileño, ya que su producción se verá drásticamente reducida hasta la llegada de un nuevo lanzamiento. Un supuesto informe confidencial de PSA revelado el año pasado por la central sindical francesa CGT alertaba del posible cierre de esta factoría madrileña, dentro de un plan de reajuste de la capacidad productiva de la multinacional en Europa, pero el grupo se apresuró a desmentir esa posibilidad confirmando la adjudicación de un nuevo coche de la marca Citroën. Este centro, al igual que Balaídos, está aplicando un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal a la plantilla por la caída de producción. El lanzamiento industrial del M3-M4 está previsto para este año, y forma parte de la estrategia del grupo para ganar cuota de mercado en los países emergentes y reducir su dependencia de la evolución de las ventas en Europa. En la reunión mantenida ayer, el director industrial de PSA, Denis Martin, recordó a las centrales sindicales que 2012 será un año complicado para la industria automovilística europea. El patrón de PSA, Philippe Varin, anunció recientemente a la Asamblea General francesa que el grupo cerrará el segundo semestre del año pasado con pérdidas operativas, lo que obligó a poner en marcha un plan de ahorro de costes de 800 millones de euros que contempla el recorte de 6.800 puestos de trabajo en Europa. La multinacional gala es uno de los fabricantes más sensibles a la evolución de la economía de la UE. Según la prensa italiana, el consorcio italiano Fiat estaría estudiando la posibilidad de consolidar una alianza con PSA para ganar peso y aunar sinergias, aunque el presidente de la firma italiana, Sergio Marchionne, ha descartado esta posibilidad, por ahora.