El parque número 10, situado en el polígono industrial del distrito, tanto el edificio en sí, como los propios vehículos, se ha convertido en un improvisado muro de lamentaciones. Dicen que faltan medios, medios humanos y materiales. En lo que a personal se refiere, aseguran que son entre seis y siete profesionales para 240.000 habitantes, cuando lo mínimo deberían ser nueve para realizar los diferentes operativos. Además, aseguran que en diferentes actuaciones han tenido que solicitar la colaboración del parque de bomberos de Santa María de la Cabeza. La situación en la flota de vehículos no es mucho mejor. Los camiones que usan para actuar en los siniestros tienen algunos más de 20 años y los tanques más de lo mismo. “Son dos convenios en los que no se ha metido más personal”, denuncian.