Los vecinos de diez distritos de Madrid sufren una carencia de centros de salud en sus barrios

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Tienen que recorrer un largo trecho para ir a la consulta con su médico de cabecera. En ocasiones, no tienen ningún centro de salud en menos de dos kilómetros a la redonda. Incluso, muchos se ven obligados a trasladarse en coche o a caminar durante más de media hora. Pero no viven en ningún pueblo aislado de la sierra madrileña ni en zonas alejadas de la civilización, sino que residen en pleno casco urbano de Madrid. En diez de los 21 distritos en que se divide la ciudad se supera la ratio aconsejable de 25.000 habitantes por cada centro de salud, según refleja el Ayuntamiento de Madrid en el documento Diagnóstico de la ciudad, incluido en el Preavance para la revisión del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU). El documento municipal toma como referencia el artículo 1.2 del Real Decreto sobre Estructuras Básicas de Salud, en el que se establece que la población «a atender en cada zona de salud [cuya unidad es el centro de salud] podrá oscilar entre 5.000 y 25.000 habitantes». Este baremo tiene «como finalidad principal garantizar la accesibilidad de la población a los servicios sanitarios». Aunque cada comunidad autonóma, haciendo uso de sus competencias, tiene la potestad de realizar estas demarcaciones como desee. En la capital hay diez distritos que superan este ratio. En dos de ellos se rebasa la media ampliamente: en Retiro, cada centro de salud atiende a 40.689 personas; y en San Blas, tocan a un ambulatorio por cada 39.325 vecinos. En menor medida, hay déficit de instalaciones sanitarias en Moratalaz (33.704 habitantes por centro), Carabanchel (31.874), Tetuán (31.287), Villa de Vallecas (30.788), Salamanca (29.476) y Hortaleza (29.275). Otros dos distritos incumplen la ratio, aunque técnicamente están en un nivel aceptable: Fuencarral (25.766 vecinos por ambulatorio) y Ciudad Lineal (25.088). En el lado contrario, las zonas mejor dotadas son Moncloa (16.958) y Arganzuela (19.340). Promesa incumplida de 55 ambulatorios Ante estos datos, el informe concluye que los madrileños «tienen cubiertas sus necesidades médicas aunque es necesario señalar la situación de los distritos que cuentan con un excedente de población de referencia». La Comunidad de Madrid, que ostenta las competencias sanitarias, debería ser la encargada de paliar este déficit. Sin embargo, las restricciones presupuestarias lo hacen inviable. De hecho, Esperanza Aguirre se comprometió en 2007 a aumentar la dotación «construyendo 55 centros de salud nuevos«, pero nunca llegó a alcanzarse esa cifra. Uno de los barrios que se quedaron sin ambulatorio es Simancas (San Blas). «Hace años teníamos cinco centros de salud en el barrio, pero los fueron quitando para trasladarlos hacia el exterior, a los nuevos desarrollos. Al final nos hemos quedado sin médico y nos han asignado al centro de Gandhi, que está en otro distrito», cuenta Agustina Serrano, presidenta de la asociación de vecinos de San Blas. La Comunidad se comprometió con ellos a construirles un ambulatorio en el centro del barrio. De hecho, se llegó a un acuerdo por el cual el Ayuntamiento cedería un solar en la calle Emilio Muñoz para su edificación. «Pero llegó la crisis y aún estamos esperándolo», protesta Luis, residente del barrio. Mientras, los vecinos de esta zona (con mucha población envejecida) tienen que recorrer hasta 1,5 kilómetros para acudir a la consulta y, además, cuesta arriba. «Después de mucho luchar conseguimos que pusieran un autobús hacia el centro de salud. Pero eso es un parche. Lo lógico es poder ir dando un paseo al médico. No estamos pidiendo un capricho, la salud es algo muy serio», apunta Agustina. Dentro de los distritos peor cubiertos, el informe municipal detalla una treintena de barrios donde ni siquiera hay centro de salud. Entre ellos, algunos tan consolidados como Bellas Vistas (Tetuán), Pacífico o La Estrella (Retiro), Palomares (Hortaleza), Almagro (Chamberí) o Butarque (Villaverde). También es ya histórica la reivindicación de instalaciones sanitarias en los nuevos PAU surgidos en la periferia de la ciudad. «La cobertura de estos déficit debe figurar entre las acciones prioritarias para dotar de equipamientos a los barrios», solicita Vicente Pérez, responsable de Urbanismo de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm).