La delegada de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, ha sostenido en el Pleno ordinario de octubre que los malos olores que han denunciado los vecinos del PAU de Vallecas y del barrio de Butarque de Villaverde podrían no proceder únicamente de Valdemingómez sino de otras instalaciones, como la de Pinto. La oposición ha calculado que son unos 200.000 vecinos del sur y sureste de la capital los que vienen denunciando los malos olores que sufren desde hace años, un malestar que ya está en manos de la Fiscalía de Medio Ambiente. En este punto, el portavoz socialista del área, Pedro Santín, ha recordado que hay viviendas situadas a menos de dos kilómetros de Valdemingómez, donde anualmente llegan 1,5 millones de toneladas de residuos. El principal problema, en boca de Santín, es que la planta de compostaje de Las Lomas, en Valdemingómez, sigue sin cubrirse, lo que le ha llevado a preguntarse dónde está el dinero previsto para esa inversión. «Son cientos de toneladas diarias en fermentación al aire libre y las que crean los fétidos olores», ha declarado el edil. Ante esto, la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, ha recriminado al socialista que parece que sabe más que los vecinos al señalar directamente a Valdemingómez como causante del problema ya que el movimiento ciudadano «dice que los olores pueden venir del compostaje, de las plantas de depuración, de Pinto, donde hay otra planta…». Además ha añadido que, como permite el Plan nacional de Residuos de 2009, en España hay hasta 96 plantas de compostaje, y muchas de ellas «están al aire libre». En este punto ha instado al concejal socialista a no confundir malos olores con contaminación. Botella ha insistido en que todo lo que se ha hecho en Valdemingómez cuenta con permisos medioambientales y un estricto control de los contaminantes, realizado en un proceso doble «para tener más seguridad». «Lo tenemos todo en perfecto estado de revista. Lo que se emite en Valdemingómez está por debajo de los valores límites», ha subrayado la edil. Sobre el centro de Las Lomas, Botella ha señalado que se solucionará la cuestión de su cubierta «de una manera muy rápida» donde tendrá un protagonismo destacado la «redirección de flujos» que se acometerá con dirección a las plantas de biometanización.
DE PINTO A VALLECAS
«De este modo, los vecinos dejarán de tener olores del compostaje pero puede que tengan olores procedentes de otras instalaciones cercanas a Valdemingómez», ha insistido la delegada. Ante esto, Pedro Santín cree que esta argumentación no es más que una excusa y ha ironizado con los malos olores que vienen de Pinto «pasando por Getafe y aterrizando en el PAU de Vallecas». Santín ha sostenido que esa idea no es más que un intento de despistar, motivo por el que ha reclamado a Botella un estudio olfatométrico y «si no lo tiene no puede soltar la tinta del calamar». La delegada ha avanzado que se hará una caracterización de olores para conocer su procedencia. Por su parte, la concejala de IU Raquel López ha criticado la «intención política» que hay detrás de poner en marcha este tipo de instalaciones «desagradables» en un punto muy concreto de la ciudad, el sureste. «No es casual, es más, el Defensor del Pueblo reconoce en su informe anual el problema de olores de Villa de Vallecas», ha destacado López, distrito en el que es especialmente remarcable la tasa de mortalidad «por temas respiratorios y no porque fumen más». López también ha criticado que la delegada dijera en la última comisión de Medio Ambiente que los vecinos ya sabían que olía mal cuando fueron a vivir allí, lo que ha desatado toda una «avalancha de voces críticas» ya que «el PAU de Vallecas lo programó el Ayuntamiento de Madrid». En cuanto a dónde está el dinero de las inversiones, Ana Botella ha manifestado que sólo hace falta comparar las del Gobierno de la Nación, donde «no se ha visto ni una obra», frente a lo que gasta el Ayuntamiento «en red de sanemiento, en el soterramiento de la M-30, en estanques de tormentas…».