El pasado 26 de noviembre se cumplieron dos años desde que comenzaron las obras de construcción de la nueva gasolinera de la calle Hulla y las acciones vecinales para evitar que una instalación de este tipo se sitúe lo más alejada posible de las viviendas, de las zonas infantiles y del solar destinado para el centro de salud. Nos enteramos por casualidad, por un vecino que preguntó a un trabajador. La construcción de la gasolinera contra la que habíamos alegado en el año 2009, y cuyo expediente de licencia había sido cerrado en marzo de 2011, de pronto comenzaba sin saber lo que había ocurrido. Sucedió, que tras el cierre del expediente, tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid habían hecho todo lo posible por facilitar la construcción de esa gasolinera y llegando a cometer lo que a nuestro juicio son graves irregularidades: – El Ayuntamiento de Madrid debió abrir un nuevo proceso cuando recuperó el expediente de la licencia y volver a iniciar los trámites porque el proyecto había sido modificado por la empresa. En su lugar, inició un nuevo expediente pero incorporando la documentación del expediente anterior. – En este sentido, la normativa obliga a iniciar de nuevo los trámites para obtener la licencia que incluyen la información pública y la posibilidad de que los afectados pudieran haber presentado alegaciones. – Pero no se trata de un mero error formal, ya que el Ayuntamiento ha otorgado la licencia al proyecto que presentó la empresa en 2009, cuando para obtener la Declaración de Impacto Ambiental tuvieron que modificar ese proyecto en dos ocasiones. – Además, el Ayuntamiento incumplió la obligación de avisar a AVIB, por ser parte interesada. En el expediente únicamente constan dos cartas enviadas a la asociación que nunca llegaron a su destino. – Estas actuaciones impidieron la participación de los vecinos en el proceso y su opción de presentar alegaciones. Todas estas irregularidades fueron denunciadas en abril de 2013 en un proceso que va camino de los dos años sin que exista una sentencia que determine la legalidad de la construcción. ¿POR QUÉ NO ABRE LA GASOLINERA? Eso mismo nos preguntamos nosotros, ya que según las declaraciones públicas de todos los afectados directos (Ayuntamiento de Madrid, Junta Municipal de Villaverde y empresa particular), todo el proceso era legal y no se había incumplido ninguna normativa. Pero lo cierto es que la construcción ha finalizado hace muchos meses y la nueva estación de servicio sigue cerrada. ¿Cuál es el motivo?, ¿es una decisión meramente empresarial, o quizá no todo estaba tan en regla como decían? Sea lo que sea, lo que no es comprensible, ni aceptable, es que un recurso sobre una construcción tarde tanto tiempo en ser evaluada por la justicia. ¿POR QUÉ NOS SEGUIMOS OPONIENDO? – Pensamos que una gasolinera es una instalación peligrosa, en la que se pueden producir accidentes que pongan en riesgo a los vecinos del entorno. – Las emisiones de una estación de servicio pueden poner en riesgo la salud de las personas que viven cerca, a lo que hay que sumar los problemas de ruidos y olores que acarreará. Hay estudios que demuestran que la afección de agentes cancerígenos, como el benceno, pueden alcanzar un radio de más de 100 metros. – Por eso, no puede ubicarse a tan pocos metros de las viviendas y de dos zonas infantiles y tampoco en el mismo solar donde está prevista la construcción del centro de salud que puede perderse por este motivo. Mientras muchas ciudades europeas están eliminando las gasolineras de los núcleos urbanos, aquí nos colocan una nueva teniendo otra a menos de un kilómetro. ¿QUÉ PEDIMOS DESDE LA ASOCIACIÓN? Nosotros pedimos al Ayuntamiento de Madrid que no conceda una licencia a una gasolinera que está situada a tan poca distancia de las casas y de las zonas infantiles, y pegada, literalmente, al solar destinado para la construcción del centro de salud que tanto necesitamos. Que se estudie una nueva ubicación que no tenga afectación negativa para el barrio, que fue nuestra propuesta cuando las obras comenzaron. En su momento pudieron parar y buscar alternativas, pero ni la empresa, ni el Ayuntamiento, estuvieron por la labor. Ahora es mucho más complicado, con el edificio construido, pero seguiremos intentando conseguir que prime la seguridad y la salud de los vecinos afectados por encima del beneficio de un particular.