Varios miles de personas de diferentes barrios y municipios de Madrid salieron el domingo 1 de marzo a la calle para reivindicar equipamientos educativos dignos y el derecho a una educación pública de calidad. La falta de inversión en esta materia obliga a muchas familias a matricular a sus hijos e hijas en centros educativos privados o concertados si no quieren verse obligados a desplazarse varios kilómetros para poder seguir asistiendo a centros públicos. Esta situación la conocemos muy bien aquí, por ese motivo, los vecinos y vecinas participaron en la movilización, convocada por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, y apoyada en Villaverde por todas las Asociaciones afectadas y por la Delegación de la FAPA del distrito. Desde el sur salimos en marcha, unos en bicicleta y otros en transporte público, desde el solar donde se ha iniciado la construcción del Instituto de Butarque, aunque sólo una primera fase que no asegura la escolarización de los alumnos más allá de este año. Era la tercera ocasión que las camisetas amarillas llegaban a la puerta de la sede de la Comunidad de Madrid, porque si algo tenemos claro es que si hemos ido ganando batallas, si hemos ido consiguiendo dotaciones, ha sido única y exclusivamente por la movilización, por la lucha y por la decisión de miles de padres y madres que han entendido desde el principio que la administración no iba a regalarnos nada. Tenemos claro que ellos están a un lado y nosotros al otro. Se escenificó muy bien el pasado 10 de febrero cuando Ignacio González vino a poner la primera piedra del instituto rodeado de políticos y de palmeros traídos en autobús, mientras los vecinos y vecinas del barrio eran arrinconados por los antidisturbios en la acera de enfrente. Ignacio González decía que no entendía qué pedíamos ahora, si ya habíamos conseguido el instituto. Pues lo que pedimos es muy claro, una educación pública de calidad, con equipamientos adecuados. Queremos ser un barrio donde nuestros hijos se eduquen de la mejor manera posible y eso no se arregla con 12 aulas, se arregla con un instituto, uno de verdad, terminado, con un profesorado estable, con un proyecto claro, y todo eso está ahora mismo en el aire. Por eso la “Marea Amarilla” volvió a Sol con presencia de centenares de camisetas amarillas y una marcha en bici que recorrió las principales calles de Madrid. Y no estábamos solos. A la marcha sur se unieron vecinos de Villaverde Bajo que reivindican la construcción de algo tan fundamental como una biblioteca pública, de la que carecemos al sur de la Avenida de Andalucía. También se unieron vecinos de otros barrios de Villaverde, Parla, San Fermín, Orcasitas y Arganzuela con sus diferentes reivindicaciones.