Lissavetzky cree que la subasta de la EMVS es «publicidad engañosa»

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Lissavetzky ha visitado las promociones Verona, en Villaverde, donde se contabilizan hasta 263 viviendas afectadas. Sus inquilinos firmaron en distintos momentos desde 2004 para que, pasado un número de años, pudieran comprar las viviendas. Ahora se encuentran que cuando finalicen sus contratos de alquiler, en los primeros casos en el año 2014, tendrán que negociar con una empresa privada. Temen, como explicaban los afectados, que a algunos les echen por ser mayores de 35 años o que suban los alquileres. El primer caso de «publicidad engañosa» señalado por Lissavetzky pasa, precisamente, por el precio de los alquileres fijado por la EMVS: si en un principio se les dijo que iban a pagar cantidades que oscilarían entre los 278 y los 460 euros mensuales, la realidad es que, una vez entregadas las llaves, se elevaron hasta los 450 y 690. Otro caso de «publicidad engañosa» pasa por la subasta en sí, una operación que, para Lissavetzky, sólo tiene un afán, el «hacer caja». «La política de vivienda de Alberto Ruiz-Gallardón no está pensada para los vecinos sino para ver cómo se pueden aumentar los ingresos para hacer frente a una deuda terrible», ha señalado. Todo ello sin olvidar el «deficitario mantenimiento» de los bloques por parte de la EMVS. Tras recorrerlos con algunos de sus inquilinos, el candidato ha podido comprobar la existencia de grietas en las casas y de bolsas de agua en los garajes, que sólo pueden ser contenidas con los plásticos que los vecinos improvisan para no dañar más sus coches. Lissavetzky se ha comprometido a que, si gobierna desde el 22 de mayo, anulará el contrato con Lazora «si es técnicamente posible». Aún habría posibilidades ya que la firma con la empresa se ha aplazado hasta el 25 de mayo. Si no fuera posible esta vía, el socialista asegura que tendrá en cuenta lo que piden los vecinos, que pasa por tener preferencia a la hora de entrar en los pisos que la EMVS está construyendo en el distrito de Villaverde.