El Papa se abre hueco en la ciudad

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«Causa de la incidencia: preparación de actos JMJ 2011». Autobuses y paradas aparecieron ayer con carteles en los que la Empresa Municipal de Transportes (EMT) informa de lo que va a suponer la visita del Papa para la movilidad en el centro de la ciudad: líneas desviadas de su recorrido, paradas suprimidas -en algunos casos desde ayer mismo-, cambios en las cabeceras… Una veintena de líneas se verán afectadas, entre ellas la que lleva al aeropuerto. También el metro. Las estaciones de Banco de España, Colón y Recoletos «pueden sufrir cierres parciales durante los eventos», avisan centenares de carteles repartidos por los andenes. «Se aconseja utilizar otras estaciones en el entorno». Pese a que el transporte empezó a verse afectado ayer, la ciudad lleva desde finales de julio cambiando su fisonomía para recibir al Pontífice. Una enorme estructura en forma de ola ocupa totalmente un lateral de la plaza de Cibeles. A pocos metros, en el Retiro, ya se ven los confesionarios portátiles que imitan velas. Los jardineros municipales han plantado flores amarillas y blancas (los colores de la bandera vaticana) en la Puerta de Alcalá. Y las marquesinas de los autobuses de Cibeles desaparecieron a principios de mes. En su lugar, postes provisionales, viajeros haciendo cola de pie y esperando bajo el sol. Hasta 12 líneas diurnas (1, 2, 9, 15, 20, 51, 52, 53, 74, 146, 202 y Exprés Aeropuerto) y 11 nocturnas (N2, N3, N5, N6, N7, N16, N17, N18, N19, L2 y Exprés Aeropuerto) se verán afectadas por el dispositivo. Los días más complicados, tanto para el autobús como para el metro, serán los de los eventos multitudinarios. El 16 de agosto, entre las 20.00 y las 22.00 horas, se celebra una misa en Cibeles. El 18, a media tarde, se le da la bienvenida al Papa. Llegará a la plaza de la Independencia, cruzará la Puerta de Alcalá «con jóvenes de los cinco continentes» y después, subido al Papamóvil, llegará hasta Cibeles. Durante esa mañana la movilidad también puede ser complicada porque el Pontífice, que llegará a mediodía al aeropuerto, se trasladará en Papamóvil hasta la Nunciatura (avenida de Pío XII). El día 19, a partir de las 19.30, será el momento del Vía Crucis entre Cibeles y Colón. La estación de Cuatro Vientos (para tren y metro) cerrará los días 20 y 21 y la de Renfe de Recoletos, los días 16, 18 y 19. Los peregrinos viajarán gratis en transporte público en esos días. Podrán recoger sus abonos -válidos para tres o siete días- en los albergues o en el punto de información que se instalará en Ifema. Su precio está incluido en las tarifas que pagan tras la inscripción, que oscilan entre 210 euros por una semana completa para visitantes de los países más prósperos a 30 euros por la inscripción de fin de semana sin alojamiento ni comida para aquellos que vienen de países con menos recursos, como la República del Congo, Cuba o Ecuador. La JMJ cerró un acuerdo con el Consorcio Regional de Transportes de Madrid para la compra de billetes. Según fuentes de Metro, la organización pagará cuatro euros por cada abono de tres días y 10 por el de una semana. Ambos precios suponen una sustanciosa rebaja respecto a lo que paga un visitante por los abonos turísticos y coincide con una subida del 50% del billete de un viaje para metro y autobús, que desde ayer cuesta 1,50 euros. El abono turístico al uso cuesta 50 euros -cinco veces o un 80% más que el del peregrino- y el de tres días, 25 euros (un 84% más). Será válido para todas las zonas tarifarias y en todos los sistemas (Metro, Metro Ligero, Cercanías, autobuses urbanos de distintos municipios y los interurbanos). La organización de la visita del Papa, que cuenta hasta la fecha con 424.000 peregrinos inscritos, ha solicitado unos 400.000 abonos semanales y casi 200.000 de tres días, según fuentes de Metro, que indican que podrán devolver sin coste los que no utilicen.