Botella demuestra no ser la alcaldesa de los madrileños

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Botella demuestra no ser la alcaldesa de los madrileños
Botella demuestra no ser la alcaldesa de los madrileños

Si el año pasado suprimió casi todas las cabalgatas periféricas por falta supuesta de dinero, este año ni siquiera permite que se realicen el día 5 de enero las organizadas por los vecinos, alegando falta de efectivos policiales, que no es que falten, sino que se destinan a las actividades centralizadas. La supresión y prohibición de las cabalgatas supone privar a las niñas y niños de estos barrios de una de las actividades que más ilusión despierta en el año, perjudicando también, una vez más, las maltrechas economías de lo pequeños comerciantes en un día tan especial. No se trata de recortes, sino del traslado, de nuevo, de los fondos y actividades hacia el centro escaparate y comercial. La actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, no ha sido elegida por los madrileños. Llegó al cargo por designación de su antecesor, el actual Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón. Y como él, sigue su misma política: – Anti-madrileña, porque no trabaja por una ciudad para los madrileños, sino escaparate para el exterior, gastándose nada menos que 877.000 euros en publicitar las fiestas navideñas en el resto del estado e incluso en el extranjero, mientras recorta en partidas esenciales. – Al servicio de las grandes empresas, que serán las que desfilen en la cabalgata centralizada de este año, imponiendo la exclusividad para su publicidad en detrimento de los vecinos de los barrios populares. – Contra los vecinos, a los que desprecia prohibiendo el día 5 de enero cabalgatas populares en los barrios, organizadas con el esfuerzo vecinal y que no cuestan ni un euro al municipio. – Ultra-centralista, despojando a los 21 distritos (con una población superior a muchas ciudades y capitales de provincia) de competencias para organizar sus festejos, desautorizando a sus presidentes e incluso dejándolos sin policía municipal. Esto no puede seguir así. Madrid es una ciudad que no existe sin sus barrios populares. No podemos consentir esa imagen escaparate de una ciudad para el turismo y las finanzas, donde todos los recursos aportados por los vecinos se destinan al centro de ostentación. Exigimos un cambio radical en la trayectoria municipal, que revierta a los barrios lo que estos aportan a la ciudad, y que los distritos tengan verdaderas competencias en la gestión presupuestaria y las actividades que se desarrollan en su ámbito. Las Asociaciones de Vecinos integradas en la plataforma “¡SomosMadrid? Barrios por la democracia” denunciamos esta nueva maniobra centralista, y apoyamos las actividades alternativas que se están programando en los barrios con un carácter popular y participativo. Y hacemos un llamamiento a los grupos políticos de la oposición para que se solidaricen con los barrios y rechacen formar parte de la programación navideña oficial que discrimina a la mayoría de los vecinos de Madrid. ¡Somosmadrid?