Las cifras publicadas en el boletín del Ayuntamiento de Madrid el pasado mes de febrero no dejan lugar a dudas. El movimiento vecinal del Sur de la capital no cree en el papel de los Consejos Territoriales de los distritos como garante de la participación ciudadana y lo ha hecho patente en el proceso de renovación de cargos. De 49 asociaciones integradas en la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (Fravm), sólo 16 han optado a presentarse para continuar siendo parte de estos foros. El caso más llamativo es el del distrito de Villaverde. De 16 colectivos, sólo uno no ha rehusado a tener voz en el consejo, la asociación de vecinos del barrio de El Espinillo. De forma parecida se han expresado los residentes de Usera. De 12 entidades vecinales, sólo dos, Orcasitas y Plaza del Hidrógeno, tendrá representación. En Carabanchel y en Latina el porcentaje de seguimiento es algo superior. En el primero de los distritos, de 10 asociaciones, han concurrido al proceso de renovación de cargos la mitad. Éstas son Parque Comillas, Colonia Camino Alto de San Isidro,General Ricardos, Colonia Diego de Velázquez y Guernica-Pan Bendito. Las mejores cifras de confianza en el Consejo Territorial las tiene Latina. De 11 colectivos, participarán en las nuevas reuniones un total de ocho. Las asociaciones citadas son las de Dehesa del Príncipe, Colonia Juan Tornero, Puerto Chico, Aluche, Unión Parque Europa Santa Margarita, Lucero, Barrio de Goya y Las Águilas. DESDE SEPTIEMBRE 2006 “La mayoría de nosotros ya abandonamos el Consejo en septiembre de 2006 por habernos sentido defraudados por la incapacidad de este supuesto foro de participación para solucionar los problemas del distrito. En todos estos años no se ha producido ningún cambio en la situación, porque las razones que provocaron el abandono se mantienen”, denuncian desde la Asociación de Vecinos Independiente de Butarque (Avib). “Pensamos que el Consejo Territorial es una máscara participativa de la que se quiere dotar el Ayuntamiento, cuando la realidad es que en la mayoría de sus decisiones se demuestra un claro desprecio por las entidades vecinales, como cuando se decidió cambiar el horario de celebración de los plenos de las Juntas Municipales”, critican abiertamente.