Los Centros de Internamiento para Extranjeros, CIE, son establecimientos públicos de carácter no penitenciario para la detención, custodia y puesta a disposición de la autoridad judicial de las personas extranjeras sujetas a un expediente de expulsión del territorio nacional. En ellos, los “sin papeles”, son encarcelados sin haber cometido delito alguno –carecer de documentación no es un delito- y sin haber mediado juicio alguno. Como “nazis policiacos” denuncia Yurby, uno más de los retenidos, a los guardas que custodian el CIE de Aluche, que someten a los retenidos a constantes palizas por el haber cometido el “delito” de no tener papeles “Aquí somos vulnerables. No tenemos derechos. A la vez que física es una reclusión psicológica. Cuando ves que llevas más de 50 días renace la esperanza de salir de aquí. Piensas, ya voy a cumplir la condena impuesta, pero te la arrebatan porque vas directo al avión para ser deportado a tu país de origen. Te puedes resistir el primer intento, pero después te zurran a golpes, te meten una paliza. Me pregunto, ¿su trabajo es acabarnos a golpes?. Aprovechan su trabajo para humillarnos y demostrar su xenofobia hacia los extranjeros.”, así describe Yurby la estancia en el CIE. Relata en su blog que el pasado 19 de octubre iniciaron una huelga de hambre e iniciaron una recogida de firmas para reclamar sus derechos. “Logré 40 firmas en el módulo donde estoy. Lo único que pedíamos era que agilizarán los trámites de expulsión o libertades.”, aclara.. Tras la recogida de firmas, se acostó e “irrumpieron más o menos entre 6 y 8 agentes de la guardia nocturna con escudos, cascos y porras. Entraron y nos dijeron, todo el mundo contra la pared, ¿dónde está el papel de las firmas?. Yo contesté, ¿qué papel?. Enseguida encontraron la hoja que no estaba escondida, porque “pensé que estaba en mi derecho”, señala Yurby. Entonces uno de ellos “me pegó un puño en la cabeza que me tiró al suelo. No me enteré, fue un lapso entre que le vi, sentí el golpe y ya estaba en el suelo. No era capaz de incorporarme, me temblaban las piernas.” continúa Yurby. Durante el resto de la noche tuvo vómitos y le fue denegado el acceso a una consulta con el médico hasta avanzada la mañana. “Le conté al médico lo ocurrido y dijo, uf, tu te has pegado un golpe y ya, ok?.” Tras conseguir contactar con el consulado y mantener una entrevista con Cruz Roja del y recibió una llamada de ”uno de la secreta para amenazarme: como muevas otro dedo la vas a cagar. ¿No crees que bastante complicada es ya tu situación?. Prepárate, el lunes tienes plan de vuelo y más vale que no te bajes del avión, porque la segunda vez te acompañaré yo personalmente y no seré tan benévolo.” concluye Yurby su relato.