El cierre de la planta de Las Lomas reduce los olores un 80%, aunque IU dice que vecinos de Vallecas siguen sufriéndolos

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La planta de compostaje de Las Lomas, dentro del parque tecnológico de Valdemingómez, ya no realiza los procesos de fermentación de basura en el exterior, lo que ha permitido reducir los malos olores que sufren los vecinos del PAU de Vallecas, si bien los problemas no han desaparecido completamente, según ha denunciado la portavoz de IU en materia de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de la capital, Raquel López. Durante la comisión ordinaria del ramo, López ha preguntado sobre las medidas adoptadas para reducir los olores que soportan los vecinos de las más de 28.000 viviendas de la zona, que además tienen que aguantar la contaminación proveniente de cinco depuradoras, tres plantas de tratamiento de basura, un vertedero sellado, una incineradora y dos plantas de compostaje. Según ha explicado la directora general del Parque, Miriam Sánchez, la última actuación desarrollada para minimizar estos efectos ha sido «la supresión del compostaje en la planta de Las Lomas, la única actividad de compostaje y emisión de olores que aún se realizaba al aire libre». «La evacuación de la materia orgánica se completó totalmente en agosto, y actualmente toda la materia orgánica que se separa en la planta de tratamiento de Las Lomas se deriva al resto del parque, sobre todo a las plantas de biometanización», ha señalado. Además, ha avanzado que aún quedan dos acciones para «próximas fechas»: la desclasificación de las celdas del vertedero actual y la reducción de la aportación de material fermentable al vertedero». Junto a todo esto, el Consistorio ha informado a los vecinos de los trabajos que se iban a desarrollar para minimizar el impacto de olores de Valdemingómez y «prueba de que las medidas han tenido efectividad es que en mayo, cuando aún funcionaba la planta de compostaje al aire libre, hubo 68 quejas de vecinos, mientras que en octubre, con el compostaje ya cerrado, sólo hubo 33 quejas», ha dicho. Además, ha subrayado que «todo el parque tecnológico cuenta para la fermentación y maduración de la materia orgánica con túneles cerrados para el compostaje con sistemas de tratamiento de olores y de extracción del aire donde se manipulan los residuos, que están conectados con biofiltros para reducir los olores» y «tanto los concesionarios de explotación de las plantas de tratamiento como el Ayuntamiento realizan continuamente controles para asegurar calidad medioambiental de todos los procesos de Valdemingómez».

ESTUDIO OLFATOMÉTRICO

Ante estos datos, la edil de IU ha reconocido que los vecinos «manifiestan» que las medidas han funcionado aunque «sigue oliendo», y ha reclamado que se «localice el foco de olor y se ponga fin a la situación». «Si no es de nuestra competencia, exijamos a la administración competente que ponga fin a una situación muy desagradable que causa nauseas, malestar y resta calidad de vida a los ciudadanos», ha exigido López. Así, Sánchez ha recordado que el Consistorio llevó a cabo un estudio olfatométrico para «determinar los focos y medir la intensidad de los olores», y además «se evaluaron las consecuencias de la supresión del compostaje en Las Lomas». «El estudio arrojó una estimación de reducción del 80 por ciento de la emisión de los olores del parque», ha afirmado. Sin embargo, para la portavoz de la coalición de izquierdas ese estudio fue insuficiente porque dicho estudio «lo han hecho en un solo día, y no se pueden establecer medias» porque «no se puede comparar cómo un cambio en la dirección del viento afecta significativamente a la dispersión del olor». «El propio informe dice que es insuficiente, y los vecinos están recaudando dinero para hacer un estudio de al menos una semana para hacer una media, como es lógico», ha señalado López, a lo que la directora del parque ha respondido que «es cierto que (la metodología del estudio puede ser más completa con más época del año» y que «el Ayuntamiento ha planificado ya estudios olfatométricos en el nuevo contrato de analíticas que va a sacar a licitación». Por último, Raquel López ha concluido que el problema de los olores que sufren sobre todo los vecinos del PAU de Vallecas, pero también los del desarrollo Este Valdecarros, se deriva de una «mala planificación» urbanística de la zona, ya que «aunque se tuvo en cuenta formalmente la existencia de Valdemingómez (en la concesión de licencias) se limitaron a aplicar la distancia de dos kilómetros, muy pocos para evitar los problemas medioambientales», ha dicho citando un informe del Defensor del Pueblo. Así, ha coincidido con esta institución en que «no tiene sentido dar la célula de habitabilidad en un lugar donde por la contaminación no se pueden ejercer los derechos a una vivienda digna o a un medio ambiente sano» y ha considerado que los responsables madrileños tienen «una deuda moral histórica con estos vecinos que soportan las basuras de todo Madrid».