El secreto mejor guardado del barrio de Butarque, en Villaverde, se quema. El estado de abandono en el que se encuentra el segundo tramo del Parque Lineal del Manzanares, la prolongación natural de Madrid Río entre el término municipal de Getafe y la Caja Mágica, ha provocado numerosos incendios, según denuncian los vecinos. El último, este fin de semana, acabó con cerca de una hectárea y con centenares de árboles que los mismos vecinos habían plantado durante varios años. No más de 50 pasos separan dos sonidos contradictorios. Es el contraste entre el zumbido de lo coches que circulan por la Autovía del Sur y el murmullo del río Manzanares. La maleza seca invade casi al completo el paisaje. Un camino maltrecho es recorrido por ciclistas, deportistas e incluso mapaches. “Este año está especialmente seco y abandonado”, señala Antonio Abueitah, de la Asociación de Vecinos Independiente de Butarque (AVIB), mientras pasea con su familia. Cada año, los vecinos organizan una fiesta del árbol para intentar paliar el estado de salud de la vegetación. Es un día sobre todo para los niños en el que plantan olmos, pinos y otras especies autóctonas. Lo llevan haciendo desde hace cuatro años. Pero lo que logra la comunidad en este tiempo el fuego se lo lleva en unas pocas horas. El de este fin de semana fue uno de los más grandes, pero otros de menor intensidad se suceden con frecuencia. “Hace dos domingos se quemó una ladera cerca del aparcamiento de la Caja Mágica”, recuerda Abueitah. Pero el problema no solo son los incendios. Los vecinos denuncian desde hace tiempo el estado general del segundo tramo del Parque Lineal del Manzanares, que tiene una extensión de unas 220 hectáreas entre los distritos de Usera, Villaverde y Vallecas. “Somos el culo de Madrid”, añade Abueitah, en alusión a la la cercanía de las depuradoras de Butarque, La Gavia y La China. Un pequeño túnel lleno de grafitis permite pasar de un paisaje urbano a uno digno de la sierra. A pocos metros un moderno panel luminoso con información de servicio se erige sobre la maleza. “Luego dicen que no puede haber luz porque roban el cable”, lamenta Abueitah. Lo cierto es que en todo el segundo tramo del parque ya no queda ninguna farola. El año pasado todavía se podía ver algunas arrancadas de su base o partidas por la mitad. Ahora solo quedan las bases de hormigón apiladas a un lado del camino. Para denunciar todo esto, AVIB preparó un dossier con 100 fotografías mostrando el abandono del parque. Como respuesta, recibieron una carta de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en la que se podía leer lo siguiente: “Debido a limitaciones presupuestarias, en estos momentos no se dispone de los recursos económicos necesarios para iniciar de forma inmediata buena parte de las actuaciones solicitadas”. Después de eso retiraron las farolas abandonadas, unos columpios deteriorados y la barrera de hierro de la entrada, entre otras cosas. Agua solo hay la que arrastra el Manzanares. Desde la asociación también critican que apenas se pueden ver tres o cuatro operarios que se dedican a labores de mantenimiento. Basta con pasear unos minutos por la zona para encontrar la maleza amontonada, como en un intento de desbrozo que se queda a medias por falta de recursos. En 2003, se inauguró el primer tramo del parque, que llegaba hasta la Caja Mágica y que fue ideado por el arquitecto Ricardo Bofill. “Ese es de diseño. Nosotros no queremos algo así. Queremos esto, pero cuidado. Y con agua y luz”.