Aunque desde las administraciones aseguran que las gasolineras son instalaciones muy seguras donde nunca ocurre nada, todo el mundo es consciente que estando en contacto con líquido inflamable siempre pueden producirse accidentes. ¿Qué ocurriría si esto que ha pasado en Membrilla sucede en la nueva gasolinera de la calle Hulla a poquísimos metros de las casas y mientras decenas de niños juegan en las pistas de patinaje o en la zona infantil del paque? Esta es la noticia aparecida ayer en la Tribuna de Ciudad Real. Clientes y empleados de una gasolinera de Membrilla se llevaban ayer un buen susto, aunque sin consecuencias de gravedad, al estallar la cisterna de un camión de mercancías peligrosas mientras repostaba. Ocurrió poco antes de las 11 de la mañana y solo causó daños materiales, aunque el ensordecedor ruido de la explosión, el miedo al ver su procedencia y el hecho de encontrarse en una gasolinera en pleno repostaje resultó ser una mezcla mucho más escandalosa que peligrosa. «Los coches corrían que no veas y no es para menos», relataba horas después a La Tribuna Ángel López, trabajador de esta estación de servicio ubicada en el kilómetro 366 de la carretera N-430, dentro del término municipal de Membrilla. «Mi compañero dice que todavía le suenan un poco los oídos, pero está bien. A las personas no les ha pasado nada, solamente los desperfectos del camión y algún coche con el techo abollado al caerle chapa encima», aclaró. Emergencias 112 recibió la llamada de alerta sobre las 10.50 horas y hasta allí se desplazaron agentes de la Guardia Civil, operarios de Obras Públicas y, por supuesto, los bomberos: «En la llamada nos informaron de una explosión de gases en el interior de una cisterna cuando estaba repostando», informó a este periódico Francisco Arroyo, jefe de unidad en funciones del parque de Manzanares. «Suena muy fuerte, pero por suerte resultó ser una explosión sin llama y eso facilitó la intervención, que fue más tranquila y segura de lo que pudiera parecer». El camión había transportado nitrato amónico, que suele utilizarse como fertilizante y no es inflamable, aunque puede llegar a ser explosivo en un contenedor cerrado o si se calienta con demasiada rapidez. Pero la cisterna iba ya vacía, o más bien casi, en vistas de lo sucedido: «No llevaba carga, con lo cual quizá pudieron quedar ahí vapores o algo, suponemos, pero de todas formas eso son cosas de los técnicos, lo nuestro son suposiciones en las que no debemos entrar», subrayó el jefe de unidad en funciones del parque de bomberos. «Al no llegar a producirse llamas nuestra intervención se centró en inundar la cisterna con espuma para desplazar así los posibles gases acumulados», prosiguió Arroyo, quien advirtió de «numerosos daños en la marquesina y otros puntos de la gasolinera, así como en la propia cisterna, ya que saltó la tapa». Si fue cuestión de suerte o no que el accidente no acabara en tragedia «nunca se sabe, o más bien sabrán responder los técnicos», matizó Arroyo. Ni siquiera el camionero resultó herido y para la propia gasolinera y sus empleados, afortunadamente, todo quedará en anécdota en cuanto se reparen los desperfectos, porque ayer incluso pudieron seguir trabajando con relativa normalidad.