El pasado 25 de febrero, la Unidad de Servicios culturales y Ocio Comunitario de la Junta Municipal de Villaverde remitió a las entidades un nuevo protocolo para la autorización de uso de los centros culturales para la realización de las actividades.
Dicho protocolo no solo exige una cantidad de burocracia absurda (que se adjunten los estatutos, o el certificado de ser entidad sin ánimo de lucro, documentos que ya tiene el Ayuntamiento), sino que obligan a que las peticiones se hagan con dos meses de antelación (aunque el centro cultural esté libre) y que se elabore un proyecto detalladísimo donde figure incluso el «número previsto de asistentes así como la previsión en porcentaje de aquellos asistentes que procedan de otros municipios«.
¿De verdad son necesarios estos trámites para pedir un centro cultural para hacer una exhibición de baile? El único objetivo del protocolo parece intentar evitar que las entidades solicitemos estos espacios, que es lo contrario que lo que debería promover una unidad de cultura de una junta municipal como la nuestra.
Por ese motivo, las entidades ciudadanas declaradas de utilidad pública en Villaverde está remitiendo escritos de protesta a la Junta Municipal, exigiendo una rectificación y la elaboración de un protocolo que facilite el uso de estos espacios cuando no están ocupados por la programación oficial y no al contrario.