A Albertina González la llamamos justo cuando acaba de conseguir recolocar a una de las trabajadoras de su organización, La Liga Española de la Educación. Su empleada trabajaba hasta la semana pasada en una guardería en la provincia de Málaga y acaba de perder su puesto de trabajo porque el centro ha pasado a manos de Clece, una empresa multiservicios propiedad de ACS, la constructora presidida por Florentino Pérez, más conocido por ser también presidente del Real Madrid. No es un caso aislado. Varias organizaciones especializadas sin ánimo de lucro denuncian que la gestión de las guarderías públicas que cuidan a niños de entre 0 y 3 años están pasando a manos de empresas “ajenas al sector” tras un cambio de criterio en las administraciones a la hora de adjudicar los concursos. Ocurre en Madrid, Canarias y Andalucía, fundamentalmente, según sus datos. “De las 8 guarderías que gestionábamos en la provincia de Málaga, nos han quitado 7 para dárselas a Clece y otras empresas privadas multiservicio”, nos cuenta Albertina, gerente de La Liga en Málaga. “Se están quedando con todas las escuelas infantiles y los servicios de asistencia”, se lamenta. Sólo Clece gestiona más de 100 escuelas infantiles en toda España, haciéndose cargo cada mañana de unos 8.500 niños, según datos de la propia empresa, a la que le hacen competencia en esta diversificación del negocio otras gigantes logísticas como Eulen. En la última adjudicación de la Comunidad de Madrid, en junio de 2010, ganó la gestión de 6 guarderías, que se suman a dos más que recibió en 2009. Fuentes de la Consejería de Educación de Madrid defidenden que “todas las empresas que ganan los concursos públicos tienen amplia experiencia en gestión de escuelas infantiles; presentaron el mejor proyecto económico y el mejor proyecto educativo. Si han ganado es porque la propuesta era la mejor. Su finalidad es la misma que la de las gestoras anteriores: ser rentables”. Un cambio de legislación en 2009 abrió la puerta de las guarderías a las empresas. Hasta ese momento sólo “cooperativas de trabajadores asociados sin ánimo de lucro” podían optar a la gestión de escuelas infantiles. “Es una bomba de relojería“, nos dice Lourdes Quero, de la Junta de Portavoces de Educación Infantil 06, que agrupa a profesionales del sector en Madrid. “Su meta es reducirlo todo, todo, todo para que salga más barato. Están bajando el salario de los educadores a los 500, 600 euros al mes y están dejando a chavales de 19 años con contratos en prácticas al cargo de 20 niños. Están montando las escuelas sin cocinas y traen la comida envasada, como en los aviones”. Albertina, desde Málaga, se explica con otro ejemplo: “Tenemos una guardería en Antequera que da unos beneficios de 3.500 euros al año. Gracias a pequeños beneficios como esos se pueden dedicar fondos a otros proyectos deficitarios como son los pisos de acogida para menores marroquíes en Málaga”, nos dice. “¿Tú crees que una empresa privada se va a conformar con un beneficio de 3.500 euros e invertirá en algo que no es rentable económicamente? Perseguirán el 30% de ganancias, y a ver qué sacrifican para conseguirlo“. La madre de uno de los niños del centro Los Sauces, en la localidad madrileña de Valdemoro, escribía en julio de este año una carta en 20minutos.es: “Desde aquí quiero manifestar mi repulsa hacia la concesión que ha hecho la Comunidad de Madrid a la empresa Clece para la gestión de la Escuela Infantil “Los Sauces” de Valdemoro. Se ha valorado muchísimo más el proyecto económico que el educativo”, para luego dar una emotiva despedida a los educadores del centro. No es dificil encontrar en foros educativos en Internet comentarios parecidos sobre el desembarco de Clece en diferentes centros de toda España. Clece se encarga de la limpieza de infinidad de muchísimos edificios públicos, diseña instalaciones de energía, previene incendios forestales, tiene comedores y máquinas expendedoras, sirve comida en los hospitales. Su lista de clientes es interminable e importantísima. Por ejemplo: * mantiene, descarga equipajes y da servicio en las salas VIP de los aeropuestos de AENA, donde también presta servicio a decenas de aerolíneas nacionales e internacionales. * limpia las instalaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional en toda España; de universidades como la Pablo de Olavide de Sevilla; y da servicios en hospitales de Andalucía, Valencia, Canarias, Galicia… * se hace cargo de toda la gestión del Auditorio de San Lorenzo del Escorial, del Teatro Albéniz y del Teatro del Canal de Madrid, bajo la dirección de Albert Boadella, siendo incluso responsable de “la programación de espectáculos” hasta 2014. El departamento que más ha crecido en esta filial del grupo ACS, según sus propias cifras, es la “división de Servicios Sociales”, donde se encuadran los centros educativos y la atención a personas mayores, adjudicados por ayuntamientos y comunidades autónomas. De 2003 a 2009, Clece ha multiplicado por diez su facturación pasando de 19 millones de euros a 192. Y así casi hasta el infinito. Todos son contratos adjudicados por concurso público, es decir, aprobados por una comisión técnica y política de diferentes administraciones. Algunos de ellos han tenido repercusión en los grandes medios de comunicación tradicionales, pero rara vez se hace alusión al tipo de empresa que es Clece ni a quién pertenece. Florentino Pérez aglutina una de las mayores fortunas de Europa y la burbuja inmobiliaria llevó a ACS a ser la segunda constructora más importante del mundo, según Forbes. Su mejor herramienta de relaciones públicas y contactos es el palco del Santiago Bernabéu.