«El movimiento vecinal mantuvo vivas las fiestas populares incluso en el franquismo, cuando estaban prohibidas. Ahora vuelve a luchar por mantenerlas como espacio de encuentro, en este momento en que las administraciones públicas no apuestan por estos eventos», explican fuentes de la Federación Regional de Vecinos de Madrid (Fravm). De hecho, «sin algunas asociaciones de vecinos, directamente no existirían las fiestas», añaden. «Las fiestas se hacen para unir a la gente, para que participe el barrio, es una tradición que se debe conservar y las administraciones deberían apoyarlas como un lugar de encuentro ciudadano», reclama Francisco Caño, uno de los líderes vecinales más veteranos de Madrid. El Ayuntamiento de Madrid está siguiendo este año la misma senda de recortes en festejos que ya inició el año pasado. En 2012, el presupuesto de los distritos para festejos populares se redujo un 65%, con un gasto de 758.649 euros en toda la ciudad. Además, dejaron de celebrarse las verbenas municipales en Villaverde, Arganzuela, Salamanca y Retiro. En este ejercicio, tanto el área municipal de Las Artes como los portavoces de las juntas de distrito rechazan aportar los datos exactos de gasto, alegando que todavía «se están cerrando». En cualquier caso, los distritos prevén dedicar este año un 7% menos de dinero al programa de «Actividades culturales», el capítulo presupuestario que incluye la celebración de fiestas populares. «Solo hace falta imaginación» Ante estos recortes, a muchos vecinos no les queda más remedio que sacar el ingenio. Sin ir más lejos, entre este jueves y el 30 de junio están previstos los festejos de Carabanchel Alto, totalmente autogestionados. «Intentamos hacer actividades baratas en las que nos involucramos todos los vecinos: hay pasacalles, torneos deportivos, concursos culinarios,… Para estas celebraciones no hacen falta grandes presupuestos, solo imaginación», explica Pedro Casas, presidente de la asociación vecinal. «El Ayuntamiento ha querido evitar que hagamos las fiestas, nos ha desautorizado la mayor parte de la programación; las haremos más reducidas, pero las haremos», explica Casas, quien recuerda que este jueves iniciarán los festejos con un pasacalles-manifestación. El fin de semana del 20 al 23 de junio, se organizaron las fiestas de Butarque (Villaverde), con la misma filosofía de participación ciudadana y bajo coste: «Todos los comercios del barrio han colaborado, vendemos papeletas para recaudar dinero para los gastos, la música la pone un vecino y actúan grupos del barrio. Hasta el último detalle ha corrido a cargo de una comisión de fiestas que no ha tenido ningún tipo de apoyo económico municipal, lo que demuestra que el trabajo vecinal es capaz de suplir la falta de medios con imaginación y solidaridad», defiende Antonio Abueitah, portavoz de los residentes de Butarque. En el calendario de fiestas autogestionadas también están señaladas las de La Karmela en Vallecas (11-14 de julio), Villaverde Bajo (25-28 de julio), las populares de Malasaña (2 de mayo), las de Puerta del Ángel (28 de junio), Las Cárcavas (fueron del 14 al 16 de junio), las de Manoteras (en mayo) o Retiro (del 27 al 30 de junio). En estos tres últimos casos, los vecinos cuentan con una mínima ayuda municipal (les sufragan el escenario, las vallas y la seguridad), pero el grueso de la organización corre a cargo de la iniciativa ciudadana. «Nos ponen zancadillas» Sin embargo, algunas de estas celebraciones están todavía a la espera de autorización municipal. Incluso, todos los representantes de los vecinos consultados se quejan de las «excesivas trabas» que les pone el Ayuntamiento. «La Junta del distrito nos pide 11.500 euros por utilizar el espacio público durante cuatro días. Es una exageración para unas fiestas de barrio, no podemos asumir ese gasto. El Ayuntamiento nos ha quitado los festejos y encima nos pone zancadillas para que no las podamos hacer nosotros», lamenta José Galán, de la asociación La Unidad de Villaverde Bajo. No solo se quejan de las tasas: «Hemos tenido que elaborar un plan de emergencias, un informe higiénico-sanitario, certificados de montaje de estructura, hemos desbrozado la parcela y todo lo han mirado con lupa. Nos someten a la legalidad más estricta, como si fuéramos una empresa que se lucrara con esto», critica Abueitah. «Desde las juntas intentan reprimir las fiestas», sentencia Victoriano Jiménez, de Alto del Arenal (organizadora de la fiesta de La Karmela). El Ayuntamiento de Madrid rehusó responder a estas quejas ciudadanas. Menos encierros y artistas de menor caché Por otro lado, en el resto de la región también se están imponiendo los recortes en las verbenas populares. Entre otros, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (que las celebra a final de agosto) dedica ahora la mitad de dinero que hace dos años, ha eliminado el escenario de la Huerta del Obispo y compactado la programación. En Getafe han reducido el gasto en atracciones de feria, en Leganés llevan años reduciendo la programación en barrios, en Móstoles se ahorraron los fuegos artificiales y las corridas de toros, y en San Sebastián de los Reyes planean reducir el gasto en encierros (hace años redujeron los días de fiestas). Además, en la mayoría de municipios, como Torrejón o Fuenlabrada llevan años optando por llevar a grupos musicales de menor caché. A este respecto, en Torrejón han contratado a artistas locales (que pedían menos dinero) y han recortado los encierros. Otra medida que se ha extendido para ahorrar en fiestas es el aumento de las tasas de ocupación que deben pagar los feriantes.
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