Tras conocer los datos esenciales de Madrid Nuevo Norte, el proyecto consensuado entre el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Fomento y el consorcio DCN (formado por el BBVA y la constructora San José) para desbloquear la Operación Chamartín, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid y la plataforma ciudadana Madrid Zona Norte lamentan que el Consistorio se haya plegado a los intereses de la entidad financiera, perdiendo una oportunidad de oro para avanzar en el reequilibrio de la ciudad.
Aunque reconocen como algo positivo la rebaja del número de viviendas respecto al plan inicial de Distrito Castellana Norte, siguen considerando excesiva la cifra de 11.000 viviendas que incluye el nuevo proyecto, de las cuales solo un 20%, 2.200 pisos, serán de protección oficial. “En el Noreste sobran viviendas y oficinas vacías, como sobran en el resto de la ciudad, por lo que no es necesario construir más, pero si se construyen lo que necesitamos son pisos públicos de alquiler económico, ya que apenas tenemos en nuestra zona”, indica Félix Arias, portavoz de la FRAVM y de la citada plataforma, que agrupa a la inmensa mayoría de colectivos de barrio del ámbito afectado por la operación.
La lista de espera de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS), que en estos momentos engrosan 14.000 personas, muestra a las claras la existencia de una fuerte demanda de vivienda social en la ciudad, una necesidad que Madrid Nuevo Norte podía haber ayudado a solventar con más contundencia. La federación vecinal lamenta que se destine tan poco suelo público a atender este problema, y que el Ayuntamiento continúe con el modelo de concentrar en los distritos del Sur y Sureste la vivienda social y las infraestructuras y negocios más contaminantes, mientras reserva el Noreste para viviendas y oficinas de lujo.
Pero si el número de viviendas del nuevo plan resulta excesivo, lo es más el volumen total del espacio edificable, que apenas se ha reducido un 20% respecto a la propuesta de DCN. Hablamos de 2.830.000 m², de los cuales ¡1.100.000 m² se destinarán a terciario, a oficinas! Con estos datos, y a la espera de analizar en profundidad el documento que han presentado esta mañana Manuela Carmena, Íñigo de la Serna y Antonio Béjar, las asociaciones vecinales del Norte están muy preocupadas por la enorme congestión urbana y de transporte que puede generar en la zona este crecimiento, es decir, por la invasión de coches que sin duda generarán los nuevos moradores y los empleados de las empresas que se instalarán en el nuevo “distrito financiero”. Vehículos privados que sin duda generarán más atascos y un incremento de los ya preocupantes niveles de contaminación atmosférica. “Tenemos que vigilar cómo se van a acometer actuaciones como la reforma del Nudo Norte o la conexión entre la Castellana y este nudo, y todas aquellas que tienen que ver con la mejora del transporte y la movilidad en el ámbito”, sostiene Félix Arias, que no puede ocultar su sorpresa por el momento en que se ha producido el anuncio de una operación que llevaba 23 años paralizada. “Nos sorprende que después de permanecer ocho meses sin noticias, un tiempo en el que la Mesa de Participación de la operación se ha reunido una sola vez, presenten el acuerdo justo antes de agosto, cuando muchos vecinos están ya de vacaciones”, lamenta el portavoz vecinal.
Tras este déficit de participación ciudadana, el Ayuntamiento tiene previsto convocar en enero de 2018 a las asociaciones afectadas por la operación a un espacio en el que debatir el proyecto de modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM), un paso necesario para que Madrid Nuevo Norte pueda ser ejecutado.
Recordemos que desde abril el Consistorio tiene en sus manos un documento elaborado por la Plataforma Madrid Zona Norte y la FRAVM que recoge propuestas y demandas específicas de los barrios de la operación. Demandas como la finalización del bulevar de Mauricio Legendre, el uso público de los equipamientos deportivos y culturales de la EMT, el aislamiento del barrio de Las Tablas, la reducción de la contaminación acústica de Virgen de Begoña, la revitalización de la abandonada colonia San Cristóbal, la urbanización completa de los Poblados A y B de Fuencarral o el acceso peatonal a la estación de Chamartín, intervenciones concretas que, en algunos casos, los vecindarios llevan más de 20 años esperando. Algunos de estos barrios populares como Virgen de Begoña, el casco antiguo de Fuencarral o San Cristóbal, se encuentran en los límites geográficos de la operación pero se verán profundamente afectados por ella, por lo que sus asociaciones vecinales piden que, aprovechando la ocasión y de una vez por todas, se ejecuten planes de intervención que los acerquen al resto de la ciudad.
La FRAVM y la plataforma, por otro lado, saludan la división de la operación en cinco ámbitos así como la creación de una importante zona verde en uno de ellos, Fuencarral-Tres Olivos, lo que responde en buena medida a la demanda vecinal de construir un gran parque lineal en Fuencarral. De la misma forma, valoran positivamente que todo el proyecto sea acometido bajo control público y esperan, como han defendido siempre, una mayor transparencia en la información de la operación y una participación real de los vecindarios en el diseño de las actuaciones que les afectan.
La Plataforma Zona Norte está compuesta por las siguientes entidades: AV La Flor del Barrio del Pilar, AV de Valverde, AV La Unión de Fuencarral, AV Familiar Ur del Poblado de Fuencarral, AV Virgen de Begoña, AV de Montecarmelo, Asamblea Barrio del Pilar 15M, AV Valle-Inclán de Prosperidad, AV Familiar San Cristóbal, FRAVM, Asociación de Propietarios Minoritarios y Afectados por la Operación Chamartín y Asociación para la Defensa del Estado Derecho (ADED).
Madrid Nuevo Norte: una nueva oportunidad perdida para reequilibrar la ciudad