Madrid pide a los conductores que usen el transporte público por la contaminación

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El Ayuntamiento de Madrid ha comenzado esta tarde a pedir a la población que utilice el transporte público. Lo ha hecho a partir de las 17.40 en los paneles de la vía de circunvalación M-30. El consistorio ha tomado esta decisión a pesar de insistir en que los umbrales a partir de los cuales debe avisar a la población no se han superado todavía. Una portavoz municipal de Medio Ambiente ha precisado: «Lo hemos decidido como prevención y para pedir a la gente que colabore usando el transporte público. El anticiclón que desde hace una semana se ha instalado en la Península ha llenado las costas de turistas y el cielo de las grandes capitales de contaminación. La ciudad de Madrid lleva una semana envuelta en una nube contaminación con pocos precedentes (por su duración). La previsión meteorológica dice que la situación se puede mantener hasta el viernes, con lo que varias estaciones de la capital habrán superado para entonces el máximo nivel de tráfico permitido para todo el año. Aun así, la web del Ayuntamiento de Madrid señala que a las 18.48 la calidad del aire era «buena» para todos los contaminantes. En Barcelona, la Generalitat catalana ha anunciado que mantendrá unos días -hasta que pase el anticiclón- la limitación de 80 kilómetros por hora para las carreteras de acceso a Barcelona. Solo la lluvia acabará con un problema que sufren millones de personas. Un problema político Los ecologistas preveían una subida de contaminación por la tarde, cuando se retira el sol y las corrientes de convección que dispersan los contaminantes, como explica Paco Segura, de Ecologistas en Acción. La estación de Cuatro Caminos de la capital alcanzó esta mañana los 216 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno (NO2, un gas irritante de las vías respiratorias producto del tráfico). La norma dice que el nivel de 200 microgramos no podrá superarse más de 18 veces en un año, pero algunas estaciones en Madrid están a punto de superarlo durante este episodio de contaminación, de los más intensos. Solo estamos a 7 de febrero y en Ramón y Cajal ya van 16 y en el Ensanche de Vallecas, 15, por poner dos ejemplos. La web del Ayuntamiento califica la situación de «buena» y sostiene que no se ha alcanzado el nivel de aviso a la población ni mucho menos el de alerta. Segura explica que el nivel de alerta es casi imposible de alcanzar tal y como lo define el ayuntamiento. Se alcanza ese nivel cuando «todas las estaciones de una zona alcanzan niveles superiores a 400 microgramos de NO2 por metro cúbico durante al menos tres horas consecutivas». Segura opina que «es imposible que todas las estaciones superen ese nivel; siempre habrá alguna por debajo». El temor está justificado. Ni ayer, un día con mucho menos tráfico, perdonó la contaminación. Pasadas las nueve de la noche, la web municipal que informa de la calidad del aire calificaba de «muy mala» la situación en la zona de la plaza de Fernández Ladreda. Más tarde era la avenida Ramón y Cajal la que se marcaba en rojo. La calidad del aire era «mala» en plaza de Castilla, Méndez Álvaro, Cuatro Caminos, Arturo Soria y Escuelas Aguirre. Todas ellas registraron a última hora de la tarde unos niveles de dióxido de nitrógeno de más de 200 microgramos por metro cúbico. Fernández Ladreda superó los 300 y Ramón y Cajal rozó los 400. La polución se está convirtiendo es un problema político en Madrid. El alcalde, el popular Alberto Ruiz-Gallardón, anunció en 2006 que a partir de 2008 impediría la entrada al centro a los coches más contaminantes. Cuando llegó la fecha de poner en marcha la medida, el Ayuntamiento dijo que lo retrasaba dos años. En 2010 tampoco lo aplicó y Gallardón afirmó en una entrevista que restringirá el tráfico la próxima legislatura. El asunto de la contaminación ha saltado a la prensa internacional. El pasado sábado, el Financial Times publicó una información en la que señalaba que la reducción de la contaminación anunciada por Gallardón es «una ilusión» y lo achaca al cambio de estaciones de medición, un sistema que ha criticado el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher.