Ocho años después de la extensión de los parquímetros a los barrios periféricos y residenciales de Madrid, los vecinos y comerciantes afectados continúan con la lucha para que el Ayuntamiento de Madrid corrija esta desafortunada decisión. En estos ocho años se ha confirmado lo que ya en 2006 se preveía: Que los parquímetros no son necesarios en los barrios periféricos, y que sólo benefician a las empresas concesionarias, ya que causan graves perjuicios: – A los residentes, que se ven obligados a abonar una tasa sin recibir a cambio un nuevo servicio o prestación que no tuvieran con anterioridad. – A los trabajadores del pequeño comercio y de oficinas en estos barrios, cuyo tiempo de ocio o familiar se reduce al no poder acceder con su vehículo al trabajo. – A los pequeños comercios, que, además de la crisis general, han visto reducirse sus ingresos por el abandono de clientes que antes accedían a su establecimiento en vehículo y que ahora deciden acudir a las grandes superficies donde el estacionamiento es gratuito. – Al presupuesto municipal, que gasta mucho más de lo que ingresa en estas zonas (tal como se desprende de los datos de recaudación y gasto de estos años), por la prestación de un servicio que lejos de beneficiar a la comunidad perjudica a los afectados. Con motivo de la modificación de la Ordenanza de Movilidad, han registrado más de mil alegaciones (1.060 en el Registro Central del Ayuntamiento, y varias decenas más en registros de las Juntas Municipales) solicitando que se excluya de la zona SER a estos barrios periféricos, en concreto los barrios – Casco Histórico de Carabanchel Alto (APE 11.08) – Casco Histórico de Carabanchel Bajo (APE 11.07) – Casco Histórico de Fuencarral (APE 08.07) – Casco Histórico de Hortaleza (AP 16.05) – Barrios 84 y 85 (distrito Fuencarral-El Pardo) – Barrios 64 y 65 (distrito Tetuán) Los vecinos y asociaciones terminan su escrito con una llamada a la cordura a las autoridades municipales: “Ya va llegando el momento de que se corrija esta situación, liberando a vecinos, comerciantes y trabajadores de los perjuicios ocasionados, al tiempo que se alivia la carga inútil que supone para el presupuesto municipal”. La cantidad de alegaciones que se presenten son una prueba más del descontento que esta situación sigue causando entre los vecinos y comerciantes afectados.