La marcha ha contado con la participación de organizaciones como Aldea Social y Jarit, que trabajan con los vecinos — la mayoría inmigrantes procedentes de El Magreb — para ayudar a su integración, y ha dado comienzo a las 11.30 horas desde dos cabeceras; una situada en la mezquita de Valdemingómez y otra en la carretera de Vicálvaro. Los asistentes han recorrido a pie los sectores 3, 4 y 5 de la Cañada, en los que habitan multitud de familias que se ven amenazadas por la demolición de sus viviendas; una demolición que, si finalmente se produjera, afectaría a más de 300 menores que viven en esta zona, según ha asegurado a Europa Press el coordinador de la Asociación Jarit en la Comunidad de Madrid, Andrés Arroyo. Arroyo ha destacado que la situación de los habitantes de estos sectores de la Cañada es de «indefensión», motivo por el que considera que la protesta de este domingo constituye en sí misma un paso adelante porque demuestra que «los vecinos van tomando conciencia». Y es que, según ha explicado, el motivo de la marcha es apoyar a Abdul, un vecino que podría ver su casa derribada por segunda vez en fechas próximas, lo que le dejaría en la calle junto a su mujer y a sus hijos de tres y seis años. El propio Abdul ha narrado cómo los que viven en esta parte de la Cañada –que nada tiene que ver según las asociaciones presentes con el sector 1, en el que sí se trafica con droga– «son familias trabajadoras que no quieren estar en la calle» y no tienen otro sitio donde vivir. Adbul ha hecho hincapié en que quieren una solución que sea «digna» para no quedarse «en la calle», ya que muchos no tienen trabajo en la actualidad y, además, compraron sus viviendas pensando que eran legales. Tras la manifestación ha tenido lugar una fiesta de integración con la preparación, por parte de los propios vecinos, de una gran paella que ha estado amenizada con música de los colectivos marroquí y gitano, así como con un torneo de fútbol protagonizado por los niños de la barriada. El acto de integración ha tenido lugar en el sector 5, en el mismo descampado en el que se produjeron los disturbios del año 2007 a raíz de una serie de desalojos y derribos, según han informado los convocantes. Las diferentes asociaciones de vecinos de la Cañada Real Galiana comparecieron el pasado lunes en la Asamblea de Madrid para pedir que se apruebe el proyecto de Ley que desafecte y legalice sus viviendas y subrayar el derecho que les asiste a vivir en esa zona y a no sentirse estigmatizados por la delincuencia y la droga que «una pequeña parte» de los habitantes de la conocida vía pecuaria.