Participación ciudadana: real y activa

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La participación ciudadana es uno de los pilares sobre los que se asienta la idea de democracia y es también uno de los criterios a través de los cuales los ciudadanos juzgan la acción de sus gobiernos. Esta vinculación entre participación y democracia adquiere un significado especial en el ámbito local, pues es a este nivel de gobierno al que los ciudadanos asocian con mayor intensidad el valor de la participación y al que exigen, en consecuencia, unos estilos de gobierno más participativos. Hoy nadie discute que la democracia participativa es un complemento necesario a nuestro sistema representativo. La participación permite converger en la elaboración de las políticas municipales a los distintos grupos de interés, sectoriales y territoriales, llegando a acuerdos entre las partes, y estableciendo equilibrios y controles mutuos. La participación, se convierte así, en un instrumentos para la resolución de problemas que plantea el ejercicio de gobierno, facilita la toma de decisiones, favorece el consenso y evita conflictos. Este texto forma parte de la exposición de motivos del Reglamento Orgánico de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid (podría ser también el de Valencia), sin embargo dicho Reglamento no ofrece estructuras de participación decisorias, sino únicamente consultivas, en un marco de arbitrariedad interpretativa de la norma a cargo del concejal de turno en cada una de las Juntas Municipales de Distrito. Desde el PSPV-PSOE queremos cambiar este concepto tan restrictivo de participación ciudadana, a la que nos tiene sometido los distintos gobiernos del PP. La realidad, terca y tozuda, nos muestra que las Juntas de Distrito están vacías de poder, a la que cada pregunta tiene la callada por respuesta, y de las que sólo se gestiona funciones delegadas o desconcentradas del Ayuntamiento central. Para ello, estamos dispuestos a estar abiertos a la participación de todas las redes sociales de la localidad, del distrito, que nos de cuenta de la necesidades concretas y propuestas concretas con que atenderlas. Estamos dispuestos a estar abiertos a todos y para todos, a todos los posibles desbordes, incluso a la pérdida del control del proceso, a ceder poder, y a perder miedo a la ciudadanía. Porque así, se propicia las democracias participativas. Entendemos la participación ciudadana como un proceso de transformación social permanente, en el que el propio hecho de participar transforma a quienes participan, y adoptan decisiones responsables, donde nadie impone un control ni fórmulas predeterminadas, sino que la participación se va haciendo a lo largo del camino. No hay fórmulas, no hay modelos, no hay recetas, pero sí la voluntad política de convertir las Juntas municipales de Distrito en centros de decisión de la creatividad social.