Si no lo impedimos, el próximo viernes 7 de octubre la familia de Consuelo Lozano, que vive en el barrio San José de Torrejón de Ardoz, pasará a formar parte de esta vergonzosa estadística. El juzgado de esta localidad ha resuelto ejecutar el desalojo de su vivienda, sita en el número 8 de la calle Soria, a las 11h. Para tratar de frenarlo, como ha hecho en ocasiones anteriores, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), junto a la Asamblea del 15M de la localidad, ha convocado una acción de protesta, cívica y no violenta, ante el inmueble amenazado que comenzará a las 8h. Hasta la fecha, la PAH madrileña ha logrado la paralización de seis desahucios, el último, hace dos días en Getafe. El caso de Consuelo Lozano es el de miles de familias que se han visto afectadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria y el desarrollo de la recesión económica. De origen ecuatoriano y con tres hijos, en 2006, cuando las cosas marchaban bien, ella y su marido compraron un piso en Torrejón por 227.659 euros. “Yo no quería comprar, pero la inmobiliaria Aragón nos lo puso todo muy bonito: que si no era un gasto, que adquirir una casa era una buena inversión,…En cinco días lo prepararon todo y Deutsche Bank nos dio el crédito aunque solo presentamos cuatro facturas de mi marido, que era autónomo y trabajaba en el sector de la construcción como albañil, y el aval de mi hermano y mi cuñada. Al final Jaime, mi marido, quería y compramos el piso.” Apenas un año después, Jaime se quedó sin trabajo y la pareja tuvo que optar entre pagar la letra del piso o usar para la manutención de sus hijos los 370 euros que cobra Consuelo por trabajar tres horas al día en una empresa de limpieza. Obviamente, optaron por lo segundo y trataron, siempre en vano, de negociar con el banco un nuevo plan de pagos. Al principio, la letra era de 800 euros pero pronto se elevó hasta los 1200 euros, un monto inasumible para un hogar que dependía del trabajo precario de Consuelo. Ofrecieron al Deutsche Bank pagar 600 euros al mes hasta que la situación mejorase, oferta que la entidad rechazó, al igual que hizo con la solicitud de dación en pago. Finalmente, en una subasta que quedó desierta, el banco adquirió la vivienda por 115.000 euros, la misma cantidad que la familia sigue debiendo, más unos 68.000 euros en concepto de intereses de demora y costas judiciales. Para evitar la tensión cotidiana que supone tener una orden de desahucio sobre la cabeza, hace un año Consuelo envió a Ecuador a sus dos hijos varones, de 15 y 13 años respectivamente, y hace unas semanas su marido se llevó a su hija, de nueve años, al mismo lugar. Después de años de separaciones y tras lograr la reagrupación familiar, el hogar de Consuelo vuelve a estar dividido entre dos continentes. Esta mujer valiente, que busca por todos los medios de cancelar su deuda vitalicia con la entrega de la casa, ni siquiera se puede plantear regresar a su país, ya que, de hacerlo, la deuda recaería sobre su hermano y su pareja, sus dos avalistas. La PAH, junto a la Asamblea Popular de Torrejón, seguirá reclamando al Deutsche Bank la dación en pago para esta familia y, mientras tanto, tratará de paralizar el anunciado desahucio de este viernes. ¡Junt*s podemos! Consuelo atenderá a los medios de comunicación a la puerta de su vivienda, el mismo viernes, tras la paralización del desalojo.