Anuar, su mujer y su hija adolescente no tendrán que abandonar hoy su casa, en el barrio de Tetuán (Madrid). Unas 500 personas han cortado la calle Naranjo, donde está la vivienda, y han impedido que el secretario judicial ejecute la orden de desahucio por impago. La convocatoria de la rama madrileña de la Plataforma de Afectados por la Hipoteta (PAH) ha contado con el apoyo de Democracia Real Ya, el grupo que convocó la manifestación del 15 de mayo que fue el origen del Movimiento 15-M. A la casa de este inmigrante libanés -en el paro desde que tuvo que cerrar su panadería- han empezado a llegar voluntarios ya desde las 6 de la mañana para coordinarse. Anuar, desde una esquina del piso, de unos 45 metros cuadrados, les observaba inquieto. «Ay, qué lío», suspiraba. A las 9.30, una hora antes de la cita judicial y con una treintena de personas apostadas ya en la puerta del edificio, ha llegado una lechera y se han vivido momentos de tensión. Un policía ha pedido la documentación de los presentes y ha avisado de que las personas no documentadas podían ser sancionadas. Como si de una película se tratara, justo en ese momento han empezado a llegar decenas de voluntarios que habían sido convocados a las 9.30 en la salida del metro Tetuán. Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida, también ha llegado en ese momento. Los asistentes han coreado consignas durante toda la mañana: «¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¡Que no tenemos casa!», «¡No permitimos ningún desahucio más» y mensajes de apoyo a Anuar, panadero en paro que vive con su mujer y su hija: «¡Anuar, amigo, estamos contigo!». Un miembro de la plataforma ha recordado a través de un megáfono que en el primer trimestre de 2011 se desahuciaron a 15.450 familias. Cayo Lara, increpado Sobre las 11.30 los portavoces de la PAH han confirmado que se había logrado el objetivo de posponer el desahucio, lo que ha sido recibido con grandes aplausos. «Hemos ganado una batalla, aunque no la guerra, si me permitís el símil», ha dicho un portavoz de la asamblea del barrio de Tetuán nacido del Movimiento 15-M. Cayo Lara se ha dirigido entonces a los medios, cosa que ha enfadado a muchos de los indignados. Le han llamado «oportunista», le han zarandeado, y echado encima una garrafa de agua. A él y a la veintena de periodistas que intentaban grabar o tomar nota de su declaración. Lara ha insistido en que asistía a «título personal» y ha replicado que no se puede «negar el derecho ciudadano a manifestarse». Cariacontecido ha aguantado estoico los gritos de los manifestantes y ha intentado responder a todos los que le increpaban directamente. «Estamos luchando también desde IU y nuestra gente está también en Sol, y en los barrios. Si alguien nos quiere excluir se equivoca», ha afirmado. Pero muchos de los indignados seguían coreando su grito más repetido:»Que no, que no, que no nos representan». Horrorizada, la presidenta de la asociación de ecuatorianos Conadee, Aida Quinotoa, ha salido en su defensa: «Lara lleva tres años apoyándonos», ha dicho Quinotoa, que lleva desde 2008 luchando contra los desahucios en Madrid. «No seamos desagradecidos». A la sucursal bancaria Una vez que se han calmado los ánimos, la protesta ha cambiado de escenario. Un grupo menos numeroso de los concentrados han dejado la calle Naranjo para dirigirse a la sucursal del BBVA que le concedió la hipoteca a Anuar. Allí han comenzado a gritar: «Esos de ahí enfrente, desahucian a la gente». La Plataforma de Afectados por la Hipoteca -que esta semana tiene previsto frenar seis desahucios en toda España- reclama que los bancos acepten los pisos en pago de la totalidad de la deuda pendiente de la hipoteca. La sucursal ha cerrado sus puertas. Una señora mayor que estaba en la oficina con su nieta no se atrevía a salir y un indignado la ha ayudado. Los policías vigilaban desde la distancia. Pasadas las 14.00, poco a poco los indignados han ido marchándose.