Vallecas puerto de mar con autogobierno municipal

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Igual de incontestable que la victoria del PP en las elecciones municipales de 2007, fue la de los partidos de izquierdas en los dos distritos de Vallecas. Más del 61 por ciento de los electores de Puente Vallecas y el 54 por ciento de Vallecas Villa votaron a las fuerzas que son oposición en el Ayuntamiento. Además, el PSOE resultó ser la fuerza más votada en ambos distritos y en el caso de Puente de Vallecas, la suma de los votos de las dos formaciones de izquierda obtuvo una holgada mayoría absoluta en sus 27 colegios electorales. Una singularidad que se pone aún más de manifiesto por la victoria del PP en los distritos del Sur, de similares características sociales y hasta ahora, de parecidos comportamientos electorales. Dada la fragilidad de las propuestas de la izquierda en aquellos comicios, el veredicto de Vallecas debería ser objeto de un estudio antropológico. Con estos resultados las 18 asociaciones de vecinos de Puente y Villa de Vallecas, con el apoyo de la Federación Regional y de las principales entidades sociales vallecanas, reivindicó en su momento, que tal como sucede en Barcelona, el alcalde Ruiz-Gallardón designara presidentes de las Juntas Municipales de Vallecas a un componente de la lista más votada, como medida transitoria hasta que legalmente sea posible su elección directa. El debate sobre la descentralización del Ayuntamiento de Madrid, fue un aspecto secundario en las anteriores elecciones municipales y puede que suceda lo mismo en las de 2011. Sin embargo, se hace urgente revisar el modelo de organización administrativa de Madrid que, por otra parte, no se corresponde con el de las grandes urbes europeas. Los más de 11 millones de personas que residen en Paris, están administrados por diferentes ayuntamientos y la capital de poco más de dos millones de habitantes está regida por el Alcalde de la ciudad y por los alcaldes de los distritos que son elegidos democráticamente, de tal forma que hay distritos gobernados por partidos distintos a los que gobiernan en el Hotel de la Ville. En Londres sucede algo parecido, su área metropolitana acoge a 14 millones de personas, de ellas la mitad viven en el Gran Londres, que tiene una autoridad municipal y un alcalde con competencias limitadas. Administrativamente, el Gran Londres se divide en 33 Boroughs- ciudades-, estas cuentan con una corporación elegida por sus vecinos que gestiona un presupuesto propio. Frente a esto Madrid, con 3.300.000 habitantes, se divide en distritos gestionados por delegación del Alcalde que elige siempre a un miembro de su partido con independencia de las preferencias electorales de los vecinos. Es tal el vaciamiento de competencias que los plenos municipales se limitan a debatir sobre las mociones de la oposición, sin que se discuta la gestión municipal. No es de extrañar que el horario de su celebración se haya trasladado a las dos y media de la tarde, justo la hora de la comida para la mayor parte de los vecinos. La burocrática administración del municipio de Madrid se asemeja a la de los bancos: Unos servicios centrales fuertes y unas sucursales repartidas por la ciudad sin apenas competencias y destinadas a la gestión de particulares. Ya no bastan recetas dirigidas a imprimir un mayor reequilibrio territorial, pertinaz paradigma de las propuestas de la izquierda, lo que necesitamos en Vallecas es más capacidad de autogobierno para resolver nuestros problemas y administrar mejor nuestros recursos. La renta disponible de los vallecanos es un 35% inferior a la madrileña y arrastramos las mayores tasas de desempleo y el menor número de matriculados universitarios. Estas cifras contrastan con nuestra aportación, vía impuestos, a la hacienda municipal; los tributos municipales al no ser progresivos, es decir, no paga más quien más tiene, hace que los distritos con mayor número de habitantes, viviendas, vehículos matriculados y locales comerciales sean los que más contribuyan, con independencia de su economía. Pero, además, la integración forzada de todos los desequilibrios sociales en un mismo ayuntamiento, ha tenido efectos desastrosos para los vallecanos y el resto de ciudadanos de los distritos del Sur. Mientras que Madrid capital en su conjunto ha mantenido unas tasas de desempleo inferiores a la media de la Unión Europea, la mayor parte de estos distritos la superaban, de tal forma, que con otro modelo de organización administrativa, podrían haber accedido a los Fondos Europeos para las áreas más desfavorecidas, como sucedió con la mayor parte de los ayuntamientos limítrofes. Esto nos lleva a mirar con cierta envidia la oferta de servicios y equipamientos, el gasto social y la capacidad de autogobierno de muchos municipios del área metropolitana. En definitiva, en Vallecas ni nos gobierna quienes elegimos, ni recibimos lo que nos corresponde. Un primer paso hacia una mayor descentralización y capacidad de autogobierno de los distritos es que el futuro alcalde respete los resultados electorales de los distritos, por eso hay que exigir un compromiso previo de todos los partidos. Tanto si aceptan como si no, su decisión será irreprochable desde el punto de vista legal. Ahora bien, en un caso sería una decisión democrática y en el otro no.